Según Aemet «la primera madrugada del año 1971 fue muy fría» y de hecho, «las heladas también llegaron a la costa». Así, la mínima que se registró el 1 de enero de 1971 en València fue de -0.2ºC, mientras en Castelló y Alicante estuvieron ligeramente por encima de 0ºC, +0.4 y +1.0, respectivamente.
También hay registros bajo cero ese día de Año Nuevo de 1971 en muchas otras localidades del litoral: Torrevieja y Vinaròs (-3.0), Benicarló (-2.5), Vila-real (-2.0), Burriana (-1.8), Pego, Carlet, Alginet o Algemesí (-1.0), Elche y Cullera (0.0)
Es probable que la Nochevieja de 1970 (Año Nuevo de 1971), haya sido la más fría después de la Guerra Civil, momento a partir del cual se dispone de datos en muchas poblaciones que permiten hacer una valoración global, apuntan desde Aemet.
Además de los registros de 1971, en los observatorios de las capitales, que tienen datos desde mitad del siglo XIX (València y Alicante), y desde 1911 Castelló, Aemet revela la temperatura más baja registrada en cualquiera de sus ubicaciones históricas.
En Alicante y en València, la madrugada del día de Año Nuevo más fría en ambas estaciones se registró el 1 de enero de 1871, con una mínima de -2.2 en Alicante y -2.0 en València. En Castelló no había datos en 1871, y el inicio de año más frío se registró en 1918: -0.7ºC.
La prensa de València de la época daba cuenta de que en los primeros días de 1871 algunas personas habían muerto de frío en la ciudad y de que las aguas del Turia se habían congelado, relata Aemet. Durante el invierno 1870-1871 se produjo una de las grandes olas de frío del siglo XIX en Europa.
Pero no sólo el día 1 de enero de 1871 fue frío, ya que éstos se prolongaron durante la primera mitad del mes, de forma que en València se llegó a -3.0ºC el día 2, y en Alicante a -5.6ºC el día 14.
El día de Año Nuevo de 1871 fue muy frío en toda España y Europa, a la vez que «convulso políticamente» con el asesinato de Prim unos días antes, llegada del nuevo rey Amadeo I, guerra Franco-Prusiana, repasa Aemet.
En un diario de la época se podía leer: «Los intensos fríos se dejan sentir en toda España. Los viejos dicen que hace muchos años no habían visto cosa semejante». Se comparaban los fríos de ese invierno con los de 1829, que había sido también muy duro.
Juan A. Balbás, cronista de la provincia de Castellón, comentando fríos históricos en la provincia, publicó en 1892 lo siguiente, referente a los fríos de los primeros días del año de 1871: «D. Amadeo de Saboya hace su entrada en la Corte de España -2 de enero- con una temperatura boreal y pisando el caballo que montaba una espesa alfombra de nieve. En Madrid llegó el termómetro a -11.2; En Valladolid a -15; en Burgos a -14.5; en Zaragoza a -13.2; en Albacete a -11.0; y en la templada Alicante a -5.6.