El diseño de los robots es cada vez más exquisito y técnico ¿Qué distingue a un robot de un ser humano en la actualidad? ¿Cuál es nuestro plus?
Los humanos y los animales en general superan a los robots en casi todas las tareas. La única tarea en la que los robots son mejores es para pasar objetos y cosas de un punto a otro. El plus que tienen los cuerpos humanos es que se adaptan más, tienen una energía más eficiente, son más resilientes, sorprendentemente ligeros y resistentes. Además, las personas tienen la capacidad de crecer y aprender. Los robots actuales no se acercan al rendimiento humano, y menos cuando se trata de interactuar con el mundo real.
Vivimos en una sociedad práctica, ¿Qué ventajas tiene que los robots puedan hacer nuestras tareas?
Actualmente, los robots trabajan en condiciones definidas y concretas. Las máquinas pueden estar en funcionamiento 24 horas al día, los 7 días de la semana, sin aburrirse y sin cometer ningún error. La tecnología actual de los robots es excelente para evitar la monotonía. Sin embargo, esperamos poder ayudar a tener robots que estén capacitados para realizar un mayor número de tareas. Por ejemplo, necesitamos robots para ayudar a las personas más mayores, a fin de que puedan vivir de forma autónoma sin la necesidad de trasladarse a una residencia. También podríamos usar tecnología robótica para disminuir el efecto de desastres naturales o cualquier trabajo que pueda resultar demasiado peligroso para las personas. Los robots podrían ayudar a los enfermos mentales a interactuar con máquinas inteligentes. Apenas hay límites para lo que podríamos usarlos. Es responsabilidad de la sociedad usar las nuevas tecnologías para el bien común.
Si los robots podrán llegar a realizar las mismas tareas que las personas, ¿cuál considera que es el futuro del ser humano?
En primer lugar, estamos muy lejos de los robots que son capaces de funcionar de forma similar a los humanos, a pesar de que los titulares quieren que hacer creer lo contrario. Actualmente, los robots se construyen como máquinas, preparados para realizar tareas predeterminadas. No están destinados a tener todas las capacidades de los humanos.
Sin embargo, podemos imaginar que en el futuro podría haber sistemas que fueran capaces de imitar (casi) todo lo que hacen los humanos. Hay que tener en cuenta el uso de la palabra mímica. Podemos pensar en sistemas que actúan y se parecen a las personas. Sin embargo, esto plantea una serie de problemas éticos. Podríamos tener amigos robots, enamorarnos de ellos. La película She (Ella) retrató ese posible escenario. Si imagina el sistema operativo con un cuerpo convincente, puede ver hasta donde llegaría. Ya tenemos conexiones emocionales con objetos, por ejemplo, el oso de peluche de la infancia. Si un robot fuera capaz de comunicarse de una manera convincente, este efecto se multiplicaría.
Muchas de las relaciones entre humanos se desarrollan en nuestras propias mentes y la robótica podría aprovechar esto para ayudar a las personas. Por ejemplo, la profesora universitaria y la diseñadora de robots, Cynthia Breazeal, demostró hace ya bastante tiempo que una cara de robot que solo refleja su expresión facial es interpretada por humanos que hablan con este robot como alguien que los comprende. Esto podría usarse para la mejora de la interacción del robot con la especie humana. En general, soy muy optimista sobre el uso que daremos a la robótica para los beneficios de la humanidad.
En un futuro, ¿cree posible que las máquinas tengan la misma inteligencia que la especie humana?
La pregunta es ¿qué queremos decir con “tener la misma inteligencia”? En algunas áreas, los sistemas artificiales nos están superando ya. Los ordenadores calculan más rápido que las personas, pueden ganar una partida ajedrez y pueden realizar mejor, acciones muy especializadas. Sin embargo, aunque un ordenador pueda ganar una partida de ajedrez, no creo que sea más inteligente. Esta es la famosa prueba de Turing. En este test, a través de un terminal, chateas con un programa con el que interactúas, que no puedes llegar a distinguirlo de una persona. Si es así, ha pasado la prueba.
La posibilidad de construir sistemas de inteligencia artificial, plantea una serie de cuestiones filosóficas muy interesantes y difíciles de contestar, pero no deberíamos tener miedo a hablarlas. Desafortunadamente, en los medios de comunicación, a menudo, solo se presentan los posibles inconvenientes y la reputación de la inteligencia artificial. Otro aspecto es que nuestra inteligencia no es algo abstracto, sino que está estrechamente conectado y limitado por nuestros cuerpos, nuestra historia evolutiva y nuestro entorno.