En una época en la que se ve todo en términos de eficacia y de utilidad, ¿qué supone la arqueología en la vida de las personas?
La arqueología es una ciencia que interpreta el pasado basándose en documentos no escritos. Aporta conocimientos especialmente ilustrativos para pueblos y hechos ajenos a la escritura, privilegio del stablishment. La vida de las personas deja huellas en el hábitat, en el medio ambiente y en la ritualidad colectiva (lugares sagrados, espacios de poder, cementerios…). La arqueología propone su sentido histórico y ayuda a la gente a reflexionar sobre el significado de las cosas, que son parte de las vidas.
Muchos historiadores alegan que es importante conocer el pasado para entender el presente ¿Por qué?
Porque el pasado nos da identidad, autoestima y legitimidad política, sin todo lo cual el presente -y el futuro- se desvanecen.
La identidad de una nación, de una comunidad, procede de sus símbolos y antepasados. ¿Qué papel realiza la arqueología en relación a esta afirmación?
No siempre ha sido así, pero es cierto que la arqueología ha puesto cara a los sentimientos nacionales, con éxito, en principio, en épocas de crisis políticas, cuando el pasado inmediato es fallido y se justifica la gloria de un colectivo en sus orígenes.
¿Cómo cree que se podría impulsar el conocimiento y el interés por los hallazgos antiguos?
Incidiendo más y mejor en la educación y en la conservación del patrimonio histórico. Hay que modernizar la difusión científica de los descubrimientos arqueológicos para hacerla asequible a distintos grupos sociales y para equilibrar los tabúes sobre la antigüedad, mucho más atractivos que la investigación.
¿Qué herramientas (materiales e inmateriales) son necesarias para llevar a cabo esta ciencia de la arqueología?
Es fundamental plantear unos objetivos y abordarlos con la metodología adecuada. La excavación aporta un registro material secuenciado en el tiempo, en parte tratado en los museos y en parte en los laboratorios. El trabajo concluye con la interpretación de dicho registro, que nunca será comparable a una demostración “científica”, puesto que estará en función del enfoque histórico que el equipo investigador haya priorizado. Por lo tanto, hacen falta programas de excavaciones arqueológicas amplios, buenos centros especializados y trabajo en equipo.
Podría hacer un breve resumen de la historia de la Dama de Elche y de su significado para la Comunitat Valenciana. ¿En qué nos influye y determina?
La historia de la Dama de Elche consta necesariamente de tres capítulos, que son también determinantes para la Comunidad Valenciana: la época de su descubrimiento en 1897 y su traslado al Louvre, donde fue la única pieza arqueológica española expuesta, embajadora de excepción de la fecundidad valenciana que abría entonces mercados en Europa. El segundo capítulo se sitúa entre 1920 y 1941, cuando ya se ha convertido en arcano de los valores nacionales, lo que justificará su regreso al Prado. Y el tercer capítulo, indispensable para dejar que hable por sí misma, es el del siglo IV a.C., derivado de su estudio arqueológico. La Dama nos ha acompañado desde la escuela y no ha dejado indiferente a ningún valenciano, que la ve en el mobiliario urbano y en marcas comerciales. Predomina su mito sobre su historia. Por eso merece la pena ampliar su comprensión en el marco de la cultura ibérica.
El pasado mes de agosto, la Dama de Elche tuvo mucho protagonismo en los medios de comunicación y redes sociales por la introducción de una hormiga en su vitrina. A excepción de este hecho, ¿Cuál es la influencia y notoriedad de la arqueología en la opinión pública?
Cuando se polemiza sobre una obra artística mítica, la arqueología cuenta muy poco. Cualquier argumento sirve para captar la atención del público, cuya opinión se quiere hacer valer en un sentido predeterminado. Yo no sé si habrá un nuevo desplazamiento de la Dama, la obra más viajera de nuestra arqueología, pero, si lo hubiere, habría que hacer constar la previsible caída del número de visitantes, así como el compromiso de exhibirla acompañada de piezas coetáneas de su contexto, con las reorganizaciones museográficas pertinentes.
El cine supone un impulso para la cultura y el conocimiento de la figura de la arqueología. ¿En qué cree que resulta beneficioso mostrar la imagen de esta ciencia en la gran pantalla? ¿Cuál es su valoración sobre estos largometrajes y otros que se han hecho relacionados con el tema?
El cine es un embajador muy importante para la arqueología. La gran pantalla narra la aventura, el descubrimiento de tesoros, sin los que el gran público no sabría que existe la arqueología (Egipto, Grecia, Roma, los galos…). Yo no descalifico la vertiente recreativa cinematográfica, o de los parques temáticos sobre el tema, pero hay niveles desiguales en estos mensajes y los de la arqueología. Indiana Jones, Tadeo Jones, Lara Croft, entre otros, han mitificado la profesión arqueológica, aunque, a diferencia de otras películas, como las de los hermanos Coen, se mueven en el marco de la ciencia-ficción y traducen ideologías, con frecuencia, sexistas.
A su parecer, ¿quién ha sido el mejor arqueólogo? ¿Y actualmente? Y de acuerdo a los hallazgos, ¿Cuál es a su parecer el más importantes de todos los que se han descubierto hasta el momento, a nivel nacional e internacional?
Kathleen Kenyon (1906-1978), es una referencia para mí por las innovaciones metodológicas y de contenidos que introdujo en la arqueología del Próximo Oriente, con efectos sobre toda la arqueología europea. Mary Beard, Premio Princesa de Asturias 2016, también, por estar cambiando la percepción del mundo clásico en nuestras vidas, con gran aceptación del público.
Entre los hallazgos, a nivel nacional, destaco la Cueva de Altamira a finales del siglo XIX y en particular, la Dama de Elche. Ambos alcanzaron un eco internacional muy amplio. Hoy, el conjunto de la Sierra de Atapuerca, en Burgos, acapara los titulares de publicaciones científicas y de divulgación, por incidir sobre la especie de los humanos anatómicamente modernos. Un museo arquitectónicamente potente en Burgos y un enorme yacimiento bien acondicionado que reciben a muchos miles de visitantes cada año, generando ingresos y puestos de trabajo.
El descubrimiento a partir de 1974 que ha alcanzado más proyección mundial es el de los ‘Guerreros de terracota’ de Xian (siglo III d.C,), en la República Popular China, realizado bajo la coordinación de la arqueóloga Xu Weihong, Premio Príncipe de Asturias 2010. Este conjunto se ha convertido en exponente de la identidad china.