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Los cuidadores de BIOPARC Valencia salvan a una cría de una especie de gacela en peligro crítico de extinción

La gacela Mhorr llegó a estar extinta en su hábitat y sobrevive gracias a la movilización de diferentes instituciones conservacionistas y al éxito del programa internacional de reproducción en cautividad en el que participa el parque valenciano.

La vida y la muerte forman parte del ciclo de la naturaleza y estos días BIOPARC ha sido testigo de esa dicotomía. Una “valiosa” gacela Mhorr (Nanger dama mhorr) nacía dentro del Programa internacional de reproducción en cautividad (EEP) de esta especie que se dio por extinta en la naturaleza y que continúa en peligro crítico en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Pocas horas después del laborioso parto, la madre finalmente murió ante la pesadumbre del equipo técnico que no pudo evitarlo.

Pese a la actuación de los técnicos, la madre murió tras el parto. La rápida intervención del equipo para iniciar el protocolo de crianza a mano ha permitido que la recién nacida se encuentre en perfectas condiciones.

Como también nos enseña la naturaleza, en estas situaciones “la vida debe continuar”. Así que diligentemente se activó el protocolo para la crianza a mano de la recién nacida, con la responsabilidad añadida de saber que cada nueva gacela Mhorr representa “esperanza” para la supervivencia de su especie. Los cuidadores la alimentan con biberones, los primeros del nutritivo y energético calostro, que se adquiere a propósito y que es fundamental para su sistema inmune. Ahora se han establecido cinco tomas diarias de leche y la aceptación del sustento está resultando óptima. Los “mimos” y métodos para garantizar su máximo bienestar implican que, después de la toma, se realiza una estimulación imitando a su madre. Se pasa una gasa humedecida con agua templada por la zona genital para incitar que orine y expulse las heces. En la observación de su comportamiento, por la forma orinar, parece que es un macho. También se induce su actividad motriz, pues es primordial que se mueva para que sus articulaciones vayan fortaleciéndose. Si continúa su positiva evolución, en unas semanas podrá incorporarse a su “familia” formada por dos machos, dos hembras y una cría.

En BIOPARC Valencia habita un grupo reproductor de gacela Mhorr desde 2015 en la zona que recrea la sabana, en un característico recinto multiespecie, donde conviven con los antílopes Addax (Addax nasomaculatus), una tortuga sulcata (Centrochelys sulcata) y grullas coronadas cuelligris (Balearica regulorum). Cada año trae grandes alegrías al programa internacional de conservación ex situ, pues ya se han producido 20 nacimientos. El traslado a otras instituciones zoológicas se produce una vez alcanzan la madurez con la finalidad de continuar su urgente recuperación. Con ello, el parque valenciano se ha convertido en centro de referencia en la salvación de la gacela Mhorr.

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La gacela Mhorr es un ejemplo real de la necesaria actuación bidireccional de la conservación. Si la reproducción en cautividad está garantizando su supervivencia con la suficiente variabilidad genética, las actuaciones in situ tratan de hacer lo propio en la naturaleza. Actualmente hay una población de gacelas viviendo en diversas instituciones europeas, norteamericanas y sudafricanas y se continua el ambicioso plan de reintroducción en distintos proyectos del norte de África, su hábitat de origen. El esfuerzo coordinado está siendo imprescindible, pero igualmente necesario es la concienciación hacia la protección de la biodiversidad de nuestro planeta. Un cambio urgente del que también depende el futuro de la humanidad.

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